En espera de noviembre, cuando zarpes en mi espacio,
Suspiro en las noches pensándote,
Esperando que llegues a tocarme,
Tan lejos de verte y tan cerca tu presencia,
Viertes mi ser de alegría,
Esa incontenible cosquilla que me hace brillar,
Entre el amanecer que emana tu luz,
Esa que alumbrara mi camino.
Sumergido te encuentras en tu submarino de piel,
Dentro de mi mar,
Eres el tripulante que abordo mi vida,
Todo lo vienes a transformar.
Eres como sol que acaricia las ramas,
Con sutil delicadeza, se acerca tu latido discreto,
Abriste mi puerta en abril, cuando los
Arboles pintaban de lila, me abrazaste con tu calor,
Contagiándome de esa melodía de dulces lagrimas,
Que convertiste en etéreas ninfas naufragantes,
Repletas de sensibilidad que acompaña mi alma.
Solo pido sabiduría para navegar a tu lado,
Dejarte ver el mar,
enseñarte lo que es amar.
Ser tú brújula para que no te pierdas,
En esta inmensidad.